Lily Evans

Lily Evans nació el 30 de Enero de 1960. Fue la segunda hija de un matrimonio muggle. Residió, y hasta la actualidad reside en Reino Unido.
Durante su infancia, siempre destacó por ser una estudiante estrella, una hija correcta, aunque algo traviesa, y bastante llamativa, por el color de su cabello, y sus verdes ojos. Lo que le valió varias discusiones con su hermana, que al pasar los años fueron agravándose.
A pesar de todo esto, ella siempre intentó mediar, e incluso realizar mal la tareas de los diferentes campos, para que su hermana no se enfadara tanto con ella.
A su vez, extraños suscesos comenzaron a rondar a la familia, quienes incluso llegaron a creer en hechos paranormales. Lo cierto es que sí había algo de paranormal en sus vidas, y aunque nunca lo notaron siempre sucedian debido a los estados de ánimo de su hija menor.
Así fue que a los once años, una carta un tanto extraña llegó en el correo, de un papel, que Lily reconoció como pergamino de inmediato; siendo lo más misterioso el remitente. Bajo el nombre de: Hogwarts Escuela de Magia y Hechizeria, explicaba la condición de la niña, y la vacante de una plaza disponible desde su nacimiento.
Petunia, recogió los demás sobres en busca de uno similar que estuviera dirigido a ella, pero no halló nada más. Considerando aquello como una broma, volvieron a su cotidianieidad, aunque Lily creía fervientemente en que algo así realmente podía existir. Y no estaba equivocada.
Durante aquel tiempo, Lily y su hermana, pasaban el tiempo en una plaza cercana a su casa; la hermana más pequeña aprovechaba para hacer de aquellas ‘aberraciones’ mágicas, como solía decir Petunia. Un día ambas se percatan de que un joven las estaba espiando y al informarles de sus poderes mágicos la pequeña niña se ofende, y vuelve a su casa. Días después el chico insistió comentando que ser bruja no tenía nada de malo, y desde aquel momento se hacen muy amigos. Siendo ese niño Severus Snape, quien cursaría en el Colegio junto a ella.
Las cartas continuaron llegando al domicilio hasta que de alguna forma acabaron por aceptarlo, y sus padres insertos en la felicidad de tener una bruja entre ellos, la condujeron a la estación de trenes King Cross, en Londres.
Durante sus años en la escuela, no dejó de ser ella misma, y se encontraba tan arraigada a aquel nuevo mundo que sentía tan suyo, que la pasión por la magia le otorgó una vez más el mérito a la excepcional alumna que había apagado en sus años viviendo bajo los enojos de Petunia. Allí sentía que no había nadie que le dijera que no debía ser una sabelotodo, porque todos estaban igualados en condiciones.
Se convirtió en la primera de la clase, sobre todo en Encantamientos y Pociones, y años más tarde, bajo la dirección del profesor Slughorn en esta última materia, integró ‘El Club Slug’, donde solo los más destacados alumnos de Hogwarts tenían acceso.
Al pasar los años, su relación con quién había sido su mejor amigo, Severus Snape comienza a disminuir, en primer lugar porque a ella no le agradaban demasiado sus amistades, mucho menos las Artes Oscuras. Una vez discutieron sobre el hecho de que James Potter tampoco utilizaba la magia precisamente para hacer el bien, y la joven defendiéndose de algo tonto, por no comprender el hecho de que se lo metiera en la conversación, objeta que a ella no le cae para nada bien aquel adolescente.
Desde que tiene uso de razón en estos cinco años, se ha llevado mal con los Merodeadores, sobre todo con James Potter, quién cree un niño malcriado. Siempre que está cerca intenta controlarlos, sacando a relucir su insignia de Prefecta, ¿es algo personal?, probablemente, pero es que con personas como esas no se puede hacer más que tomar medidas extremas.
Se encuentra cursando su sexto año en el colegio, aún se decide por una carrera en el banco, o ser auror, después de todo sólo le queda un año más antes de graduarse.